Ayer terminé de ver la serie #chernobyl, después de meses de haberla empezado y no tener casi tiempo, la cuarentena me lo dió.
Desde que empecé a verla no pude dejar de preguntarme que habrá sucedido para que el universo equilibre de esa manera, o quizás nada, y ese episodio contribuyó a un gran desequilibrio, una rueda de deudas y karmas que aún hoy sigue buscando estabilidad.
¿Por qué esas personas estaban ahí? ¿Por qué ellos? ¿Será que lo habían acordado? ¿Será que el alma sabía lo que iba a suceder?.
Hay una frase que me dejó pensando ¿Cuál es el costo de las mentiras?.
Es cierto que dejó mucho por cuestionarnos a toda la humanidad, y aún hoy nos seguimos preguntando, cuál es ese costó, y es hoy que nos preguntamos si fue un murciélago, una disputa, la economía, un químico, el mundo, o quién, y hasta tan lejana e inaccesible es la verdad, que al final solo queremos vivir en paz.
Ayer alguien me comentó en un post una teoría en donde al morir regresábamos a la fuente y finalizabamos el camino en quizás, está existencia, la única.
Qué elevados seríamos si no necesitáramos aprender más, el mundo ni siquiera sería este mundo.
Basta con solo leer el diario para percibir que recién estamos en los inicios, e incluso a veces tan canivalmente humanos, pero necesarios ¿Realmente sigue siendo necesario? ¿Cuánto más nos va a costar aprender?.
A 34 años de Chernobyl, todavía resentimos consecuencias de nuestros propios actos.
“El puente de la muerte” lo llamaron, aquel puente en donde aquella noche, muchos observaron lo que al tiempo los iba a destruir.
Meses después vine al mundo, quién sabe cuántos volvieron de ahí.
Me da esperanza saber que la verdad siempre sale a luz.
? @aldana.casal .