Hace unos días leía un fallo hecho por la jueza María Rey Galindo a una nena de 9 años que solicitaba incorporar a su familia un segundo papá.
Pese a que la ley no reconoce la triple afiliación donde no se encuentra involucrada la fertilización asistida o la adopción, ella preguntaba si se podía hacer caso omiso a la voz de Juli.
¿Quién podía decirle que tenía que elegir entre sus dos papás cuando amaba a los dos por igual?.
La jueza dictaminó que Juli tenía derecho al tipo de familia que quería tener, que nadie debería sacarle lo que ella vive y experimenta, y que primero ante todo debemos tener sentido común.
Como aún no tiene un nombre esa forma de familia diversa la llamo familia pluriparental.
Para comenzar el fallo la jueza citó al Principito diciendo que “Solo podemos ver bien con el corazón”.
El mundo está cambiando y nosotros también con el mundo, a pesar de que todavía nos inundan las noticias que no suman es lindo destacar que algunas veces para la ley primero está el corazón (aunque solo algunas veces).
Desde el lado espiritual el parentesco no nos hace familia y la familia existe más allá de la genética.
Elegimos quiénes van a estar a nuestro lado, quiénes nos van a permitir crecer, más allá de lo innato, de las formas y las etiquetas.
No es condición necesaria la biología para ser llamados Mamá o Papá, para ser partes de una familia y muchas veces quiénes naturalmente deben cumplir ese rol ni siquiera se acercan.
Soy fan de la #diversidad ❤️?️?.
? @aldana.casal