La muerte no rompe la conexión entre los seres queridos, dicen las personas que han experimentado las llamadas ‘apariciones en crisis’
Nina De Santo estaba a punto de cerrar su estética en Nueva Jersey una noche de invierno, cuando lo vio de pie junto a la puerta de cristal del frente del salón.
Era Michael, un cliente de voz suave cuya esposa recientemente había tenido un romance con su hermanastro y se había divorciado de él, para después quedarse con la custodia de sus dos hijos.
Estaba destrozado emocionalmente. De Santo había tratado de ayudar escuchando sus problemas, dándole ánimos, y llevándolo a tomar unas copas.
Cuando De Santo abrió la puerta aquella noche del sábado, Michael estaba sonriendo. “Nina, no puedo quedarme mucho tiempo”, dijo, permaneciendo en el umbral. “Sólo quería pasar por aquí y darte gracias por todo”.
Conversaron un poco más antes de que Michael se marchara. El domingo recibió una llamada: al menos nueve horas antes de que ella hablara con él en su salón, el cadáver de Michael había sido encontrado. Se había suicidado.
Si Michael estaba muerto desde el sábado por la mañana, ¿con quién o con qué habló ella el sábado por la noche?
“Fue muy bizarro”, dijo acerca del encuentro que ocurrió en 2001. “Pasé por un periodo de incredulidad. ¿Cómo puedes decirle a alguien que viste a este hombre, tan sólido como siempre, entrar y hablar contigo, pero que estaba muerto?”
Hoy en día, De Santo tiene un nombre para lo que sucedió esa noche: aparición en crisis. Ella se topó con el término al leer acerca de actividades paranormales después del incidente. De acuerdo con investigadores de lo paranormal, una aparición en crisis es el espíritu de una persona recientemente fallecida que visita a alguien con quien tenía una estrecha relación emocional, por lo general para decir adiós.
Los informes de estos encuentros espeluznantes se están materializando en grupos de discusión en línea, en libros como Messages (Mensajes) y en grupos locales de cazadores de fantasmas en todo Estados Unidos.
A pesar de que estos encuentros son escalofriantes, también pueden ser reconfortantes —dicen testigos e investigadores paranormales—, ya que sugieren que el vínculo que existe entre los seres queridos no se borra con la muerte.
“No sabemos qué hacer con estas historias. Algunas personas dicen que son prueba de que hay vida después de la muerte”, asegura Steve Volk, autor de Fringe-ology, un libro sobre experiencias paranormales como la telepatía, los psíquicos y la caza de fantasmas.
La investigación científica acerca de las apariciones de crisis es escasa, pero abundan las teorías.
Una teoría: una persona en crisis —alguien gravemente enfermo o muriendo— telepáticamente transmite una imagen de sí mismo a alguien con quien tiene una estrecha relación, pero por lo general no saben que está enviando un mensaje.
Otros sugieren que las apariciones en crisis son ángeles guardianes enviados para consolar a los afligidos.
Una tercera teoría dice que todo es un truco del cerebro: la gente que está en duelo inconscientemente produce apariciones para consolarse a sí misma tras perder a un ser querido.
Un vínculo telepático entre los seres queridos
Sea cual sea la fuente de estas apariciones, a menudo no están limitadas a visiones. El espíritu de un muerto puede comunicarse con un ser querido a través de algo tan sutil como el olor repentino de un perfume favorito, dice Volk.
“A veces sólo sientes la presencia de alguien cercano a ti, y que aparentemente surgió de la nada”, dice Volk. “Y después, descubres que esa persona estaba en algún tipo de crisis en el momento de la visión”.
Muchas personas que ni siquiera creen en los fantasmas experimentan una mini-versión de un encuentro de aparición en crisis, dicen investigadores de lo paranormal.
¿Alguna vez escuchaste la historia de una madre que de alguna manera sabía antes de que alguien le dijera que algo terrible le había sucedido a su hijo? ¿Alguna vez has conocido a un par de gemelos que parecen ser capaces de leer la mente del otro?
Las personas que son muy cercanas desarrollan un virtual vínculo telepático que existe en éste y más allá de este mundo, dice Jeff Belanger, un periodista que recopiló historias de fantasmas para su libro Our Haunted Lives: True Life Ghost Encounters.
“La gente tiene estas experiencias todo el tiempo”, dice Belanger. “Hay una interrelación entre las personas, como cuando eres tan cercano a alguien, que simplemente sabes que está enfermo o algo está mal”.
Una misteriosa llamada telefónica en la noche
Simma Lieberman dijo que experimentó esa sensación ominosa y nunca la ha olvidado, a pesar de que sucedió hace más de 40 años.
Hoy en día, Lieberman es una consultora de diversidad laboral, pero a finales de 1960, era una joven enamorada de Johnny, un hippie “que amaba a todo el mundo”, con quien se casó.
Una noche, cuando Lieberman se encontraba en casa de su madre en el Bronx, sonó el teléfono y ella contestó. Johnny sonaba apresurado y muy lejos. Había mucha estática.
“Sólo quiero que sepas que te amo, y nunca voy a ser malo con nadie de nuevo”, dijo. Luego hubo más estática y la línea se cortó. Lieberman se quedó sólo con un tono de marcado.
Intentó volver a llamar en vano. La mañana siguiente descubrió por qué. “Recibí una llamada de su madre, diciendo que había sido asesinado la noche anterior”, recuerda.
Johnny fue víctima de un disparo en la cabeza mientras estaba sentado en un auto esa noche. Lieberman piensa que Johnny de alguna manera la contactó después de su muerte: una aparición en crisis no a través de una visión o el olor de un perfume, sino de la línea telefónica.
Él tenía un resplandor blanquecino
Josh Harris fue el primer nieto de Raymond. Pasaban muchas horas juntos pescando y haciendo trabajos en el jardín de la abuela.
Esos días llegaron a su fin en 1997, cuando Raymond Harris fue diagnosticado con cáncer de pulmón. Los médicos le dieron semanas de vida. Josh, entonces de 12 años, estaba dormido en el sofá de su casa alrededor de las 2 de la mañana cuando se despertó de golpe. Miró hacia arriba. Su abuelo estaba de pie frente a él.
“Al principio, me tomó por sorpresa”, dice Harris. “Le pregunté por qué estaba de pie en mi pasillo, y no en su casa”.
“Él sólo me miró, sonrió y dijo: ‘Todo estará bien’”.
Su abuelo se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la cocina. Harris se levantó para seguirlo, pero entonces sonó el teléfono. Una tía que estaba en otra habitación respondió. “Cuando volví a mirar, se había ido”, dijo Harris.
En ese momento, su tía salió de la habitación gritando: “Josh, tu abuelo se ha ido”.
“No, no, él estaba apenas aquí”, dijo Harris a su tía, insistiendo en que su abuelo acababa de pasar para decir que todo estaba bien. Dice que le tomó un tiempo aceptar que realmente había muerto .
Catorce años después de la muerte de su abuelo, hay otro detalle de esa noche que sigue estando presente en la memoria de Harris: al verlo caminando hacia la cocina, notó algo raro. “Parecía que había un resplandor blanquecino a su alrededor”.
Preguntas y teorías
De Santo, la antigua dueña de la estética en Nueva Jersey, sigue haciéndose muchas preguntas. La experiencia le afectó tanto que más tarde se unió a la Sociedad Paranormal del Este de Pennsylvania .
Ella comprobó con los familiares de Michael e indagó el informe del forense para confirmar la hora de su muerte, que fue determinada el viernes por la noche; casi 24 horas antes de que ella lo viera en su salón, la noche del sábado.
El cadáver de Michael fue descubierto por su primo alrededor de las 11 de la mañana del sábado, desplomado sobre la mesa de su cocina, con una bala autoinfligida.
De Santo tiene una teoría: Michael comenzó como un cliente, pero se convirtió en su confidente. Una vez, después de una de las conversaciones para animarlo, él le dijo: “Me haces sentir como si pudiera conquistar el mundo”.
Tal vez Michael tenía que arreglar las cosas en este mundo antes de que pudiera pasar al siguiente, dice De Santo. “Muchas veces cuando una persona muere trágicamente, hay una cierta cantidad de culpa o confusión (…) Creo que sentía como que tenía un asunto pendiente. Tenía que decir adiós”.
De Santo recuerda que, mientras conversaban cara a cara en la puerta de su estética, ella nunca lo tocó, ni siquiera se dieron la mano. Pero ella no recordaba nada inusual acerca de él, no era una voz sin cuerpo, no era un cuerpo transparente, no había ninguna vibra de veo gente muerta, como en la película Sexto sentido.
Hubo dos detalles extraños que notó, pero logró unirlos hasta más tarde: cuando ella abrió la puerta para saludar a Michael, dice que sintió un escalofrío. Notó que el rostro de él se veía gris y pálido.
Y cuando mantuvo la puerta abierta para que entrara, él se negó a pasar.
Finalmente, Michael dijo: “Gracias de nuevo, Nina”, sonrió, dio media vuelta y se alejó en la noche de invierno.