Joanna de Angelis
Es lógico sentir que este mundo no fue nuestro único lugar. A través del proceso de reencarnación, todos hemos vivido en otros planetas y dimensiones, y continuaremos haciéndolo después de completar nuestras lecciones en la Tierra.
Nuestro planeta es simplemente una escuela, una de tantas en nuestra larga formación. Cuando terminemos acá pasaremos a otro curso, de lo contrario tendremos que volver y repetir vidas (o clases) hasta que hayamos aprendido las lecciones.
Los términos ‘alma antigua’ y ‘alma joven’ se usan a menudo para hacer referencia a espíritus que encarnan en la Tierra.
Un ‘alma antigua’ es aquella que ha tenido muchas vidas terrestres. Un ‘alma joven’ es la que ha decidido recientemente venir a la Tierra. Puede haber vivido muchas otras vidas en otros mundos, y recientemente haber decidido aceptar los desafíos y limitaciones exclusivos de nuestro mundo.
Nuestro maravilloso planeta Tierra es único porque se le ha concedido libre albedrío. Asimismo, es uno de los pocos en nuestra galaxia que todavía experimenta guerras y violencia.
Un alma que venga acá tiene que estar preparada para aprender duras lecciones sobre cómo interactuar con otras personas de naturaleza violenta y cómo integrar las emociones.
Las emociones terrestres son mucho más intensas que en otros mundos. El dolor y el sufrimiento que existen no ocurren en otras realidades.
En algunos mundos la emoción es desconocida o incomprensible. Esto explica la curiosidad de algunas especies extraterrestres que están observando nuestra cultura. Para ellas es difícil entender cómo los seres humanos pueden hacerse daño de un modo tan cruel.
@aldana.casal