Un hombre apareció en 1851 en el distrito alemán de Lebas, en las cercanías de la ciudad de Frankfort-an-der-Order. Allí fue encontrado por las autoridades que, suponiendo que se trataba de un posible criminal, decidieron interrogarlo.
En una lengua semejante al alemán (apenas inteligible para los oficiales) el hombre respondió que se encontraba de viaje en aquellas regiones y que venía de un país llamado Laxaria. A la cara de extrañeza con que le respondieron indicó que se encontraba en la región de Sakria, lo cual sólo generó más cejas levantadas.
Pronto quedó claro que algo raro estaba sucediendo. El hombre decía hablar tres idiomas: laxariano, abramiano y alemán, pero una variedad del alemán que parecía más bien un dialecto que no se conocía, según afirmó los idiomas que resultaban comunes en aquella época y jamás había oído hablar de Francia o de Turquía.
El hombre continuó su relato por algún tiempo para asombro de los allí presentes, que no podían entender de dónde había salido. Detalló con gran precisión la geografía de su país e incluso refirió y describió extensivamente su religión, a la que llamo Ispatiana.
Joseph Vorin (nombre con el que se identificó cuando fue puesto bajo custodia) afirmó que se encontraba allí buscando a su hermano perdido, pero que un incidente con unos asaltantes lo había dejado desprovisto de bienes en ese territorio.
Al final fue tal su discurso que terminó por convencer a sus captores y fue dejado en libertad sin volver a saberse nada de él.
Fuente: Rolloid