Atendí a Sabrina hace algunos meses con un miedo inexplicable hacia las tortugas.
Jamás había tenido contacto ni algún evento traumático que las asociara. Era tal la fobia que hasta le era imposible hablar sobre ellas o visualizarlas.
Comenzamos la Regresión.
Esta vez es un hombre, con una familia y una casa precaria, que intenta conseguir dinero para poder mantenerla.
Hay un trabajo, que tiene que hacer y no quiere, me dice que tiene que dejar un tiempo a su familia, pero que espera pronto poder volver.
El trato es llevar algunas cosas (ilegales) hacia otra ciudad, que con algo de miedo, acepta.
Al finalizar la recorrida, feliz por reencontrarse con su mujer y su hijo, distrae la vista de la carretera unos segundos observando a un animal.
Fue un instante donde esa distracción produce un accidente. Volantea el camión en el cual venía y termina estrellándose contra un árbol.
Fallece su acompañante y muere el también.
Con sentimientos de culpa por no haber podido llevar a su compañero de vuelta a su hogar, por no haber podido despedirse de su familia, muere.
Lo último que vió en esa existencia fue a ese animal, una tortuga que llamó su atención. Instantes después sobrevino la muerte.
Hoy Sarbi no solo no podía verlas, si no que su inconsciente unía al animal con la tragedia.
Ver una tortuga significaba morir.
Hace algunos días me escribe agradeciendome por ayudarla a comprender ese miedo que llevo años afectando su vida, y además me cuenta que pudo resolver varias cuestiones que tenía inconclusas.
Cuando reconocemos la verdad de lo que nos condiciona en el presente se produce la expansión y con esa expansión la liberación.
Gracias Sabri ? por permitirme compartir tu experiencia.
? @aldana.casal
